martes, 10 de abril de 2007

¡Qué cuerpos leves, sutiles,
hay, sin color,
tan vagos como las sombras,
que no se pueden besar
si no es poniendo los labios
en el aire, contra algo
que pasa y que se parece!

¡Y qué sombras tan morenas
hay, tan duras
que su oscuro mármol frío
jamás se nos rendirá
de pasión entre los brazos!

¡Y qué trajín, ir, venir,
con el amor en volandas,
de los cuerpos a las sombras,
de lo imposible a los labios,
sin parar, sin saber nunca
si es alma de carne o sombra
de cuerpo lo que besamos,
si es algo! ¡Temblando
de dar cariño a la nada!

Pedro Salinas, La voz a tí debida (Versos 2389 a 2409)


Nos atrae lo secreto, lo oscuro, lo oculto, y ante ello, se nos despierta el instinto, crece nuestro apetito, se alertan los sentidos; nos estimula lo que adivinamos, floreciendo involuntariamente, la caricia que queda presa en nuestros dedos curiosos, creciendo el deseo en unos ojos atentos al mínimo estremecimiento de la piel, extendiéndose por nuestro cuerpo el placer anticipado de rozar el esquivo tesoro tan a nuestro alcance y tan inaccesible.

Buenas noches...



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Te esperaba impaciente. Me gusta asomarme antes de irme a dormir, para llevarme algo escondido bajo los párpados.

Gracias por Salinas, por la seda, por el sueño.

Buenas noches, princesa.

Anónimo dijo...

Nueva noche, nuevo puerto, nuevo faro.
Nuevas inquietudes, tenues estremecimientos de reconocimiento del deseo.

Recalaré aqui, aunque solo sea para leerle.

D.K. dijo...

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito ¡Todo!,y el eco dice ¡Nada!.
Grito ¡Nada!,y el eco dice ¡Todo!.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

Vida. José Hierro.

Una vez más la soledad de la noche me transporta a tu rincón, buscando que tus palabras me lleven tranquilamente hasta el mundo de los sueños.

Buenas noches, Exilio.

Anónimo dijo...

Me produce cierta satisfacción confesar que tus buenas noches son mis inmejorables mañanas y que a partir de ahora será una parada imprescindible en mi buenos dias.

Gracias niña.

Blues dijo...

Gracias por dejarme concerla un poco mejor; por ofrecerme una de las llaves de este espacio íntimo, cálido y sosegado.
Gracias por el privilegio que supone compartir estos textos con cuantos me han precedido y los que, acaso, vendrán.

Hank dijo...

Te lleva de vuelta al principio, al inicio del camino circular, y mientras bordeas constelaciones yo te miro pasar con la serenidad de un pájaro muerto en la cuneta.