Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos —qué latido
de la sangre en los párpados— y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con ojos vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.
Jaime Gil de Biedma, Idilio en el café
Quizá esta noche sea más dulce que este día que se acaba; quizá me acurruque de costado, tapándome apenas, apenas escondida a las miradas; quizá llegue el sueño con su paso silencioso y su mano llena de suave arena para mis ojos, y me encuentre esperándole expectante, curiosa, brazos abiertos a su abrazo, labios pendientes de su boca; quizá me acaricie, me consuele, me acune, con su magia oscura y generosa, trayéndome de la distancia, arrebatando a la ausencia, regalando a mis sentidos los dedos ardientes, presentidos, inolvidables que me buscan y me añoran.
Buenas noches.
Banda sonora para soñar un momento.. o unos cuantos momentos: