domingo, 2 de septiembre de 2007




Si un doble mío penetrara en su cuarto
y lamiéndole el cuerpo con el mimo
sumiso del esclavo, le sacara
de algunas de sus frecuentes pesadillas.

Si le invitase entonces a un viaje secreto
por muslos y por labios, laberintos
de piel que una mano diestra
registre en la noche, suavemente.

Si entre usted y yo, a estas alturas,
hubiera saliva o rumor de matorrales,
íntima humedad con que el rocío del gozo
va untando a aquellos que no duermen.

Si fuésemos reptiles, si transfigurásemos
el río de las horas en un burdel de gestos
y el alba sólo fuera un relámpago importuno.

Si mi sosias penetrase por su hendidura estrecha
y el vello nos sumiera en un deleite súbito.
Si tensáramos sus músculos como el hilo de un arco
que habrá de dispararse contra la carne contraria.

Quizá-quizá, si todo esto ocurriera
y yo la encuentre mañana en los grandes almacenes,
mirándome a los ojos, distraída, diría:
su cara, caballero, no sé, me suena mucho.

Juan José Téllez Rubio, Conflicto de personalidad

Nunca llama pues sabe que la puerta siempre está abierta, de par en par, expectante a su llegada. Nunca avisa, se acerca de puntillas, en silencio, con la actitud pausada del cazador, con la mirada sabia del niño, con la sonrisa irresistible del lobo. Nunca hace ruido más allá de un susurro, más allá de mi nombre, y se desliza descarado, audaz, imperioso, por
mis sábanas, uniéndose, atrevido, exigente, a mi piel, y se instala, permanente huésped de costumbres licenciosas, de hábitos desordenados, de usos incorregibles, bajo mis dedos, sobre mi pecho, entre mis muslos, dentro de mí.

Buenas noches.





Banda sonora de aura post-vacacional...

Just Before You Leave
Del Amitri



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