jueves, 7 de junio de 2007


¡Tú, tú, tú, mi incesante
primavera profunda
mi río de verdor
agudo y aventura!

¡Tú, ventana a lo diáfano:
desenlace de aurora,
modelación del día:
mediodía en su rosa,

tranquilidad de lumbre:
siesta del horizonte,
lumbres en lucha y coro:
poniente contra noche,

constelación del campo,
fabulosa, precisa,
trémula hermosamente,
universal y mía!

¡Tú más aún: tú como
tú, sin palabras toda
singular, desnudez
única, tú, sola!

Jorge Guillén, Tú

Ni siquiera yo conozco mis límites, ignoro hasta dónde podría llegar, hasta cuando sabría esperar, cuánto me atrevería a ofrecerte. No me es posible calcular el total del amor que derramaría en tus manos, ni las mil y una rutas que abriría para llegar a tu lado, ni los mil y un secretos que descubriría entre tus brazos, que surgirían bajo mis dedos. No tengo el valor de mirar hacia las delicias que me aguardan, no tengo fuerzas para resisitir la tentación de hacerlas mías...

Tú.. tú sólo, ofreciendo, surgiendo, abriendo, descubriendo. Tú, tentando... Tú, la medida de todo.

Buenas noches



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Salmuera sin nada.

Que se me sequen las manos
sin tus caricias amigas,

que se me sellen los labios
sin el beso que robabas.

O que postrado y oscuro
viva sin tu llama viva.

O muera.


Paso sólo a desearte las buenas noches y a recordarme que no me olvido de ti.
Y perdona por las cuatro palabras mal hilvanadas. No queda ya hilo apenas.

Jaime.

Blues dijo...

BRINDIS.

He aquí dos rosas frescas, mojadas de rocío:
una blanca, otra roja, como tu amor y el mío.
Y he aquí que, lentamente, las dos rosas deshojo:
la roja, en vino blanco; la blanca, en vino rojo.
Al beber, gota a gota, los pétalos flotantes
me rozarán los labios, como labios de amante;
y, en su llama o su nieve de idéntico destino,
serán como fantasmas de besos en el vino.
Ahora, elige tú, mujer, cuál ha de ser tu vaso:
si éste, que es como un alba, o aquél, como un ocaso.
No me preguntes nada: yo sé bien que es mejor
embriagarse de vino que embriagarse de amor...
Y así mientras tú bebes, sonriéndome, así,
yo, sin que tú lo sepas, me embriagaré de ti...

José Ángel Buesa.

"Tú, la medida de todo."
Una sencilla sentencia que refleja a la perfección la generosidad, la profundidad y la belleza de un sentimiento.
¡Qué frase tan hermosa!
¡Tan intensa!

Buenas noches, Exilio.

Anónimo dijo...

AGUA OSCURA
Es hablar de la llanura que se quiebra en la noche,
interminablemente oscura,
que se desborda al horizonte, silenciosa y sin límite

El círculo roto, el murmullo que desatendido se multiplica,
se convierte en un ejército con mil frentes,
sonido inacabable, incomprensión inacabable

(es tu olor la firmeza única,
la única sobrevivencia del sabor del día)

Tengo abiertas las manos para tocar la caída de agua oscura
que en múltiples texturas se desenmaraña
He abierto conscientemente las manos: nada me detiene, nada detengo.
En esta limpia fluidez tumultuosa perdí el modo de jugar la ronda:
En este movimiento he dejado el último resquicio virgen al movimiento,
el último e infinito resguardo.

Ya nada me distingue del mundo.

-Sí, tú eres la firmeza única, el momento cierto que me espera
a un lado de la noche para abordarme, pero eres el único eco capaz
de nombrar lo que ejerce la oscuridad sobre la llanura-

Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo.
Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua
que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene.
Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa.
Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala,
me sostiene, me demarca.