martes, 19 de junio de 2007




Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.

Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.

Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.

Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura

Jorge Luis Borges, El enamorado



Mentiré a mi familia, y les sonreiré como si fuera feliz. Mentiré a mis amigos, y les oiré como si les escuchara. Mentiré a mi piel, y, engañada, se erizará de frío cubriendo mi fiebre. Mentiré a mi reflejo, la imagen confundida que el espejo me devuelve, maquillando su sorpresa con la máscara de la indiferencia. Mentiré a mi corazón, y latirá, latirá confiado de su pulso fuerte, convencido de lo imparable de su acompasado ritmo, inocente, ingenuo... ignorante de que ya no hay vida dentro de él...

Es martes, y será martes por mucho tiempo...


Buenas noches...



1 comentario:

nicolas dijo...

Mentirles a ellos es facil, son credulos, y no les interesa como estas. Pero tu corazón, con ese se complica. En esas lagunas de conciencia que se gestan en medio de los sueños, la realidad te cae pesada, te aplasta, y siempre lo vas a saber en el fondo. Y nunca más vas a vivir tranquilo.

Una grata sorpresa encontrar un blog como el tuyo. ¿Has leido a Fernando Pessoa? Creo que te agradaria.