viernes, 19 de octubre de 2007






Anoche te he tocado y te he sentido
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
de un modo casi humano
te he sentido.

Palpitante,
no sé si como sangre o como nube
errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.

Corriste por mi casa de madera
sus ventanas abriste
y te sentí latir la noche entera,
hija de los abismos, silenciosa,
guerrera, tan terrible, tan hermosa
que todo cuanto existe,
para mí, sin tu llama, no existiera.

Gonzalo Rojas, Oscuridad hermosa





Apenas perceptible, siempre adivinada, tan deseada como escurridiza, tan sutil como turbadora, causante de mi inquietud y mi impaciencia, autora de las líneas que me dicta atropellada, dueña absoluta de mis noches, astuta seductora armada con una magia indefinible, implacable y refinada, traviesa ráfaga de luces y de vientos y de súbitas huidas, cálida brisa que entra en mi casa y revuelve mi cama y mis latidos, diminuta revolución de sombras, de repente iluminadas por el fuego que desprende. Su nombre me persigue, su voz me despierta, su roce me rinde, y me hace suya sin mostrarse...

Buenas noches.






Banda sonora llena de luz:







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