viernes, 31 de agosto de 2007



Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.


Pablo Neruda, Poema 10
(de "Veinte Poemas de amor y una canción desesperada")


Cuando oscurece, y aparecen a mi lado, risueñas, traviesas, todas las sombras que me visitan y me arrullan, se abre para mí una infinita senda, una ruta oculta a todos, un camino invisible marcado en mi memoria, alimentado con recuerdos, resguardado del olvido y el dolor; cuando oscurece y estoy a solas, envuelta en la noche, mi piel alerta, mi cuerpo expectante, mi voz adormilada, ronca a fuerza de silenciar la llamada imposible, se ofrecen a mí, solícitos curadores de todas las heridas, los sueños y las visiones, la luminosa caricia de la esperanza, las invencibles razones del deseo, la irreparable imprudencia del amor.

Buenas noches...



Banda sonora venusina:








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