domingo, 8 de julio de 2007




Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve:
siempre el amor me llega con la lluvia.
Sobre la calle una llovizna breve

y aquí en mi corazón, cómo diluvia...



Llueve. Y el agua cae sin relieve
sobre las piedras, ávidas de lluvia.
Aquí en mi corazón, cómo remueve;

aquí en mi corazón, cómo diluvia.



Siempre el amor me llega así. Sin ruido,
con silencioso paso estremecido:

niebla menuda que después diluvia.


Siempre el amor me llega así, callado,
con silencioso andar desesperado...

Y no sé dónde estás. Y está la lluvia

Julia Prituzky, Lluvia




Superviviente de mil naufragios y mil diluvios, de mil riadas y mil temporales; a salvo, tras mil vidas y mil heridas y mil muertes y mil resurrecciones; en calma tras mil noches de miedo y de oscuridad y de ausencia; curtido en mil batallas, regado mil veces por miles de lágrimas, mágicas gotas saladas, llenas de contradicciones, que duelen mientras alivian el dolor. A prueba de tormentas, sin rencores, sin secretos, mi corazón, bajo la lluvia, espera...

Buenas noches







6 comentarios:

D.K. dijo...

Mil lagrimas saladas
se derraman por mis ojos y no sé,
ni el motivo ni el porqué.

Es un capricho, es un antojo,
de esos que hace tiempo que dejé,
y ahora me vuelve a perder.

Y ya veré mañana,
si miro a la ventana,
si el sol se digna a aparecer.

Aún no he pensado en nada,
no sé si tengo ganas
de ver las flores florecer.

Todo me atrapa, yo me encojo,
se hunde el mundo encima de mi piel
y le pego a la pared.

Miro a mi vida de reojo,
no sé si está mal o si está bien
y no lo quiero saber.

Y doy pasos en falso,
y de repente salto,
he vuelto a retroceder.

Ahora no me caigo,
para eso falta algo,
ahí podría enloquecer.

Vuelvo a manchar la madrugada
con una tinta especial.
Tinta del mar, tinta salada,
que moja un viejo portal.

Es esta ira, es esta rabia,
lo pronto que viene y que se va
¿Quién le dio permiso a entrar?

Una caricia o bofetada
cuesta tan poquito regalar.
Que no siempre es de verdad.

Ya sé que me equivoco
y acabo poco a poco
pero me cuesta reaccionar.

Que mal que me conozco
y tiendo hacerme el loco
de ésta no vas a escapar.

Vuelvo a manchar la madrugada
con una tinta especial.
Tinta del mar, tinta salada,
que moja un viejo portal.

Vuelvo a manchar la madrugada
con una tinta especial.
Tinta del mar, tinta salada,
que moja un viejo portal.

MIL LÁGRIMAS. KONSUMO RESPETO.

Buenas noches, Exilio. Un beso.

Anónimo dijo...

¿Y para qué perder el tiempo evocando ayeres perdidos, pudiendo soñar el presente esperando mañanas nuevos?...

Hoy te dejo un poema de Angel González, que debería adherirse a los despertadores de las mañanas.

Nada es lo mismo.

La lágrima fue dicha.

Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreid:

nada es lo mismo.

Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Angel González.

Joselita del Sur - Exilio Voluntario dijo...

Gran verdad, Jaime...

Nunca nada es lo mismo.

Y si es lo mismo, es que no es nada.

O así...

:-)

Gracias por vuestro paso, amigos.

Anónimo dijo...

Si viera Ud. cuánto me gusta su lluvia...

Preciosas sus palabras. Gracias y buenas noches.

juan de mairena dijo...

Decía yo ayer, o antesdeayer, o antes de antesdeayer, que iba estando hasta el mismo punto com de lluvias, tormentas, riadas, temporales, despedidas, ausencias y "santos" en blanco y negro.
Pero el blog este, puñetero donde los haya, no hacía caso de mis cuitas y me trataba de "anónimo".
El caso es que, de una puñetera vez, ¿porqué no dejan sus mercedes de estar instalados en la melancolia, sale el sol y vuelven a publicarse los santos en colorines?.

Joselita del Sur - Exilio Voluntario dijo...

Querido RAF... de sobra sé cuánto le gusta la lluvia. Por qué cree que la traigo tan a menudo a escena??

:-)

Complacerle para mí, es religión.

D. Juan del alma mía, del mismo modo que usted; en privado y en público me da la murga sobre la saturación de grises, blancoynegros y sombras en mi blog, yo, en ambos frentes le digo que: el blancoynegro es mucho más intenso y se acerca mucho más a mi visión de lo que me rodea, de lo que leo, de lo que entiendo...

Me entristece que no vea la belleza que yo sí consigo percibir.Pero sobre todo, me entristece que no vea la innegable esperanza que envuelve a cada gota de esa lluvia que tanto parece desanimarle.

:-)

Gracias a todos, mis niños...