sábado, 8 de diciembre de 2007



Aquí estoy,
desenfrenada estrella, desatada,
buscando entre los hombres mi víctima de luz.

A ti he llegado.
Hay algo de universo en tu mirada,
algo de mar sin playa desembocando cauces infinitos,
algo de amanecida nostalgia entretenida en imitar palomas...

Mirarte es verme entera de luz
rodando en un azul sin barcos y sin puertos.

Es inútil la sombra en tus pupilas...
Algún soplo inocente debe haberse dormido en tus entrañas.

Eres, entre las frondas, mi víctima de luz.
Eso se llama amor, desde mis labios.

Tienes que olvidar sendas,
y disponerte a manejar el viento.

¡A mis brazos, iniciado de luz,
víctima mía!

Pareces una espiga debajo de mi alma,
y yo, pleamar tendida bajo tu corazón.


Julia de Burgos, Víctima de luz


Tela de araña, desplegada invisible a tus ojos, envolviéndote en un hilo tejido noche a noche; trampa escondida bajo tus pies, atenta a tu paso confiado, esperando un descuido para hacerte caer sin remedio; veneno dulce, disfrazado de tentación y promesa, servido sobre una piel hecha alimento; asedio implacable de mi cuerpo al tuyo, disimulado en palabras, camuflado en poemas, encriptado en música, diseñado para atraparte y nunca dejarte escapar...


Banda sonora para todo aquel que sienta el fuego caminando a su lado:




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