martes, 26 de febrero de 2008




Tú llorarás a mares
tres negros días, ya pulverizada
por mi recuerdo, por mis ojos fijos
que te verán llorar
detrás de las cortinas de tu alcoba,
sin inmutarse, como dos espinas,
porque la espina es la flor de la nada.
Y me estarás llorando
sin saber por qué lloras,
sin saber quién se ha ido:
si eres tú, si soy yo,
si el abismo es un beso.

Todo será de golpe
como tu llanto encima de mi cara vacía.
Correrás por las calles.
Me mirarás sin verme
en la espalda de todos los varones
que marchan al trabajo.
Entrarás en los cines
para oírme en la sombra del murmullo.
Abrirás la mampara estridente:
allí estarán las mesas esperando mi risa
tan ronca como el vaso de cerveza,
servido y desolado.

Gonzalo Rojas, Siempre el adiós



Callada, a la espera, comprendiendo lentamente el sentido de cada gesto no amagado, el significado de cada silencio acusador, la profunda intensidad de cada palabra no dicha. Callada, despierta, aceptando sin reproche la sinrazón y la duda, consintiendo sentir un dolor pequeño para negarme a sentir un dolor incurable, resignada a la obstinada mudez del reflejo que me mira.
Callada, asustada, sumergiéndome en la noche para salir a tu encuentro, buscando la forma de que me escuches, esperando preguntas que no me haces, ofreciendo respuestas que no me pides.

Callada, culpable, víctima, verdugo..

Buenas noches.





Banda sonora que me, que nos ayude a sentir mejor...











2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha escogido una fotografía triste, un poema triste, unas tristes palabras.

No sé sin son tristes o confusas. En cualquier forma, ya sabe que me gusta leerla.

Buenas noches.

Blues dijo...
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