martes, 11 de marzo de 2008



Junto al dolor del mundo mi pequeño dolor,
junto a mi arresto colegial
la verdadera cárcel de los hombres sin voz;
junto a mi sal de lágrimas
la costra secular que sepultó montañas y oropéndolas;

junto a mi mano desarmada el fuego,
junto al fuego el huracán y los fríos derrumbes;
junto a mi sed, los niños ahogados
danzando interminablemente, sin noches ni estaturas;

junto a mi corazón, los duros horizontes
y las flores;
junto a mi miedo, el miedo que vencieron los muertos;
junto a mi soledad, la vida que recorro;

junto a la diseminada desesperación que me ofrecen,
los ojos de los que amo,
diciendo que me aman.


Roque Dalton, Ayer
(de "La ventana en el rostro")




Tengo las manos vacías, los ojos ciegos, la piel cansada, el corazón dormido, viviendo en desorden, compartiendo tu ausencia. Tengo un cuerpo ofrecido que entregarte, una espalda sometida a tu caricia, un pecho desnudo de tus besos, un vientre abierto al deseo, una boca hecha para complacerte. Tengo un sueño recurrente lleno de lujurias y locuras, tengo un abismo que me llama y me aterra, y me habla y me enmudece, tengo una clara visión del placer, de la belleza, de la alegría de la pasión, que sólo puede hacerse real si tú estás en ella, tengo un ruego inaplazable que repito como un ritual, como una oración, cada noche. Tengo tantas cosas para darte, que tengo que tenerte para mí.

Buenas noches...





Banda sonora para otro martes que añadir, o que restar, a la cuenta:










4 comentarios:

Unknown dijo...

Si Exilio. Todos tenemos esa sed y el deseo de saciarla en la boca del ser amado.
Buenos martes.

Anónimo dijo...

Yo sólo puedo darles las buenas noches.

A Exilio, nuestra anfitriona, y a los ojos que la leen y a los oídos que la escuchan.

Buenas, muy buenas noches.

Anónimo dijo...

Uno lee las huellas anteriores en el mapa. Siempre son atractivas, pero echa de menos que nuestra anfitriona vuelva a mostrarnos el camino.

Esperemos que no tarde demasiado.

Buenas noches.

Juan de Mairena dijo...

¿Cómo poder escribir lo que no puedes hablar?