domingo, 13 de mayo de 2007



Esperanza,
araña negra del atardecer.
Tu paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.

Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...

Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.


Ángel González, Sin esperanza, con convencimeinto


Me aferro sin remedio a la posibilidad, al sueño por cumplirse; me niego a escuchar las voces de alerta, voluntariamente ciega a los obstáculos, recibiendo el empuje de un deseo tan frágil como poderoso; me hago esclava de la promesa y me doblego, complacida, complaciente, ante la esperanza, ante el veneno dulce de lo desconocido, ante la pulsión apremiante de encontrar mi destino, ante el mareante vértigo de caer hacia el misterio que oculta el mañana.

Me aferro a la esperanza, inocente, cruel, apabullante, confiada, de reconocer esos pasos frente a mi puerta, esa llamada a mi cuerpo, ese abrazo y ese beso aún no dados, esa caricia tantas veces dibujada de ausencia, esas mil y una noches, esos mil y dos días que se me ofrecen y que me tientan...

Buenas noches....




3 comentarios:

Anónimo dijo...

SE IRA SIN DESPEDIRSE.

Se irá sin despedirse
harta
de no verse ya en el agua,
de saber
que del cristal opaco
de sus ojos
huyen también las lágrimas.
Es el desierto
avanza,
desde el valle a la montaña,
alimentando ausencias pronunciadas
por el tiempo.
Pasa.
transcurre sin medida
sin dar tregua a la esperanza;
camina por el miedo
más absurdo:
el de perder el miedo,
la memoria;
el de ganar el sueño, ese
donde todo se acaba.
Se irá sin despedirse
nada,
la prisa dejará la almohada inerte
en medio de la noche
inmensa, larga.
¿De qué sirve el amor
si no se puede decir te quiero,
si no se puede abrazar,
besar, amar?
Duele el silencio
entonces
mucho más que la palabra.
Se irá sin despedirse
ella
una mañana.
Iniciará su vuelo
a través de la bruma
gris
ausencia,
soledad sin esperanza;
cual última golondrina
que se resiste a partir,
que aún cree que el invierno
no llegará mañana.

Blas Leon.

D.K. dijo...

Cada vez que toca decir adiós
entra en mi cuerpo la desilusión.
Cada vez que me enveneno de alcohol
hay un momento de insatisfacción.

Pienso por dentro y acabo enfadao.
¿Por qué me deja la suerte de lao?.
Siempre perdido, no sé qué ha pasao
¿Y mi destinto? Me tiene olvidao.

Un nuevo ostión...
la perdición.
Sigo pendiente
de este presente
que me ha traicionao.

Una ilusión...
muerta y sin voz.
Soy el de siempre,
el mismo que siente
que está despistao.

Una noche más
recorro la ciudad.
Mis ojos se cierran,
mi mente no va.

Una noche más
me animo a caminar.
Me aburren los sueños,
me aburre pensar.

Busco un espejo
en el que poder ver
todo ese tiempo
que llego a perder.

Busco el delirio del anochecer,
grito a una luna ¡Ilumíname!
Asesina al sol,
ni luz ni calor.

Que siga la noche,
que siga el derroche
de mi corazón.

Yo ya no soy yo,
soy un mal actor.
Actúo de pena,
se mueren mis venas
en cualquier rincón.

Una noche más
recorro la ciudad.
Mis ojos se cierran,
mi mente no va.

Una noche más
me animo a caminar.
Me aburren los sueños,
me aburre pensar.

UNA NOCHE MÁS. KONSUMO GUSTO.

Buenas noches, Exilio. Un beso.

Blues dijo...

VESPERANZA DE VERTE.

Otro día sin verte, sin poner mis pupilas
encima de tus trampas.
Quiero decir: encima de tus rodillas sin cicatrices,
de tus labios amameyados, de tus afiladas
rencillas rojas, de tus palabras claves
que continuamente preguntan si te entiendo.
Otro día sin verte, otras horas
de amarte a cielo abierto,
de acariciarte en un aire ya sujeto
por mi collar de uñas enterradas.


Francisco Hernández.