Los cielos son iguales.
Azules, grises, negros,
se repiten encima
del naranjo o la piedra:
nos acerca mirarlos.
Las estrellas suprimen,
de lejanas que son,
las distancias del mundo.
Si queremos juntarnos,
nunca mires delante:
todo lleno de abismos,
de fechas y de leguas.
Déjate bien flotar
sobre el mar o la hierba,
inmóvil, cara al cielo.
Te sentirás hundir
despacio, hacia lo alto,
en la vida del aire.
Y nos encontraremos
sobre las diferencias
invencibles, arenas,
rocas, años, ya solos,
nadadores celestes,
náufragos de los cielos.
Mareas, algas, caracolas.. el vaivén de las olas, el olor a salitre, el sabor a sal, el rumor del mar. Todos los tesoros que se encuentran en la playa y que redescubro, como un rito, en mi lecho. Y es tu voz, rumor de mar, y es mi sabor salino, y es nuestro olor el del salitre fresco, y somos olas en movimiento, y me llenas de una marea imparable, de deseo, de placeres, de abismos y tormentas; y me desnudas con dedos mojados, como algas vivas; y me conviertes en caracola, repitiendo tus palabras, tus gemidos, tu llamada, en la distancia.
Buenas noches...
6 comentarios:
Si queremos juntarnos,
nunca mires delante:
todo lleno de abismos,
de fechas y de leguas.
Déjate bien flotar
sobre el mar o la hierba,
inmóvil, cara al cielo.
Te sentirás hundir
despacio, hacia lo alto,
en la vida del aire.
Yo debería cortar estos versos para regalárselos a alguien. Alguien muy próximo y muy lejano. Pero pese a su cercanía, ese alguien no comprendería por qué se los regalo. Es más... posiblemente me reprochase que quien no se deja hundir, despacio, hacia lo alto, en la vida del aire, soy yo.
¿Por qué será que tantas veces, aun queriéndonos tanto y tan apasionadamente, nos entendemos tan poco?
En fin, voy a ver si esta almohada me sopla alguna respuesta, porque no me la va a soplar él, allá, en el confín de su mundo que nunca será el mío.
Nunca más oiste tú hablar de mí,
en cambio yo seguí pensando en tí.
De toda esa nostalgia que quedó,
tanto tiempo ya pasó y nunca te olvidé.
Cuantas veces yo pensé volver,
y decir que de mi amor nada cambió.
Pero mi silencio fue mayor.
Y en la distancia muero día a día,
sin saberlo tú.
El resto de este nuestro amor quedó,
muy lejos olvidado para tí.
Viviendo en el pasado aún estoy.
Y aunque todo ya cambió se que no te olvidaré.
Cuantas veces yo pensé volver,
y decir que de mi amor nada cambió.
Pero mi silencio fue mayor
y en la distancia muero día a día
sin saberlo tú.
Pensé en dejar de amarte alguna vez.
Fue algo tan difícil de intentar.
Si alguna vez amor piensas en mí,
ten presente al recordar que nunca te olvidé.
Cuantas veces yo pensé volver,
y decir que de mi amor nada cambió.
Pero mi silencio fue mayor
y en la distancia muero día a día
sin saberlo tú.
Cuantas veces yo pensé volver,
y decir que de mi amor nada cambió.
Pero mi silencio fue mayor
y en la distancia muero día a día
sin saberlo tú.
LA DISTANCIA. A. CALAMARO.
Buenas noches, Exilio. Un beso.
INMENSIDAD DE LA NOCHE.
En medio de la noche surge a veces
una pregunta, y la noche se agranda,
y es inmensa la noche hasta la angustia.
Como un barco sin luces, silencioso,
surca así nuestro cuarto tanta sombra
que parece sin límites el mundo.
Nos rodea el vacío, es agua oscura
más densa aún que la sangre. Nada se oye,
tan sólo un chapoteo de hondo cieno
allá en lo más profundo de ese agua:
es nuestro corazón. Pero la noche
no cesa de crecer y ya es un ojo
de insoportable desnudez que mira
nuestro terror. Y es esa la pregunta,
y la noche lo sabe y mira entonces
(sólo a veces) el desvalido ser
que somos, con ternura, y vuelve el sueño.
Y la infinita gruta que es el universo
de nuevo resplandece.
Abelardo Linares.
Los mercados no se han desplomado hoy. El Brent, pese a batir un nuevo récord en Londres, tiende a estabilizar finalmente su precio a pesar de los pésimos augurios.
Los indicadores del sudeste asiático han dejado de enloquecer al ritmo del Nikkei.
Y nadie, de momento, ha declarado, la tercera guerra mundial.
¿Seguro que hoy es martes?
Buen martes, Exilio.
Qué tendrá el culo de la mujer, dios mío.
Así, con sus formas oblongas, sin una arista, descomunal bajo la cintura.
El air-bag del amor, llamándolo de una manera poética.
En cuanto al poema de Salinas, pues psst... de lo más normalito. Como de redacción.
http://anxious-swann.blogspot.be/2015/11/pedro-salinas-la-voz-ti-debida-verses.html
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