En el silencio de la casa, tú,
y en mi voz la presencia de tu nombre,
besado entre la nube de la ausencia,
manzana aérea de las soledades.
Todo a puertas cerradas, la quietud
de esperarte es vanguardia de heroísmo,
vigilando el ejército de abrazos
y el gran plan de la dicha.
Ya no sé caminar sino hacia ti,
por el camino suave de mirarte
poner los labios junto a mis preguntas
—sencilla, eterna flor de preguntarte—
y escucharte así en mí ¡y a sangre y fuego
rechazar, luminoso, las penumbras...!
Manzana aérea de las soledades,
bocado silencioso de la ausencia,
palabra en viaje, ropa del invierno
que hará la desnudez de las praderas.
Tú en el silencio de la casa. Yo
en tus labios de ausencia, aquí tan cerca
que entre los dos la ronda de palabras
se funde en la mejor que da el poema.
Carlos Pellicer, Recinto (XII; de "Recinto y otras imágenes")
No haré planes, ni diseñaré futuros, ni trazaré rutas seguras, ni evitaré los impulsos, ni negaré mis deseos. No habrá contratos, no exigiré garantías, no hablaré de certezas, no me convencerá el miedo ni me arrastrará la cobardía ni me cegará la razón.
Me saltaré las reglas, romperé cadenas, me rebelaré ante lo establecido, me lanzaré al abismo.. y sé que un segundo, un sólo segundo de libertad, me compensará por una vida de ausencias...
Buenas noches.
2 comentarios:
"Me lanzaré al abismo..."
Ud. dejará de ser Exilio el día que no salta al vacío.
Gracias por el poema. Y por la foto. Magníficas tetas las de la modelo, aunque lleven algunas telarañas.
EL NO-LUGAR DONDE TE SUEÑO.
Alargaré mis brazos como ramas
y con ellos rodearé el mar, tus fantasías
y aquella tarde en que por vez primera
de una gota de agua nació el fuego.
Alargaré mis brazos si me dejas
defender la soledad con que te escribo
cada verso, cada tarde, cada océano
acurrucado en las sombras de tu cuerpo.
Alargaré mis brazos muy callado
y regresaré al mismo silencio donde siempre
te recuerdo las mismas veces que te olvido:
el no-lugar donde te sueño.
Ese no-lugar donde te sueño
es tu voz sobre las olas meciendo la tristeza,
el amor invisible que navega a tu lado
sin apenas rozarte.
La noche que sonríe mientras te hiere
con rituales que recorren la flor de tu cuerpo.
Tu ser-de-vuelo, tu secreto en el mar
ahora se desangra y te abre los labios
para que yo muera en ellos de manera inexacta
como la voz sobre las olas cuando mece tu tristeza
en un tiempo en que tú ni eras todavía.
Antonio J. Mialdea.
Si no conocía a este poeta, (yo lo he hecho de pura casualidad) a partir de ahora no tiene excusa, Exilio.
Su obra se puede hallar dispersa a través de la Red. Yo acabo de fagocitar diez de sus poemas, que literalmente me han dejado con el alma -¡el alma!- en vilo.
Buenas noches.
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