Crecen los gorriones en el aire,
y la música infantil de alguna flauta
sostiene el mediodía.
A duras penas
el libro nos retiene.
Algún amor vendrá
al zócalo azul de la ventana
para a un país más bello rescatarnos.
A cada instante
el dedo de algún ángel desmorona
la carne contenida. Tras el cristal
la mirada de un pájaro —la alegría
infantil en los ojos del niño.
Aire por todas partes
revolviendo los pliegues del hastío,
elevando la falda enamorada
de la mujer.
Y tiembla el corazón
en la dicha de la piel que imagina.
Es aire.
Y luz que cierra el libro y adormece los párpados,
es sed de barcos,
de bocas deliciosas.
Es hambre de islas lejanísimas.
Miguel Florián, Mediodía
Viaja la memoria, despacio, sin prisa, haciendo de cada paso, de cada huella, un recuerdo repleto de futuro...
Buenas noches.
Banda sonora de plenilunio:
3 comentarios:
Tienes que poner alguna denuncia o algo, por tener tan pocos comentarios.
Deseo que tengas muchas visitas al menos.
Sin tiempo, (y la poesía lo precisa), me llama la atención la calidad musical que nos seleccionas.
Volveré a leer con más calma.
Muchas gracias, toy folloso, por visitarme y comentar.
Creo que denunciar es algo radical, pero le informo (y de paso a los desertores) que he hecho acopio de velas de vudú y de un manual muy apañado de maldiciones y hechizos malignos.
En cuanto lo traduzca del Creole y haga experimentos con mi suegra, les haré sufrir tormentos indecibles...
Espero que vuelva y que disfrute..
Saludos.
Dos días llevo con una pupa en el labio inferior -de los superiores- del tamaño de un guisante.
Ahora ya sé de quien es la "culpa". Necesito un antídoto... ¿está libre la hechicera de guardia?
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