domingo, 24 de junio de 2007


I

Lavada por el mísero segundo
que se dice de amor,
torcida hacia un revuelto
espécimen que humea,
nítida de sabor
y de respiración.

Conclusa,
irreverentemente mustia,
arbusto de impiedad
sobre un terrón caliente.

Adoro verte herida,
así,
sin el dolor;
cansada desde el cuello hasta el naufragio,
dócil de corazón
y de respuestas.

Que no salgas,
ni te vistas
ruego al mareado vaso que me enfrenta.

Mírame,
sin los ojos del origen,
pero al menos, mírame,
desde el cuello a la palabra,
desde el humor casual hasta el ingrato
goteo de soledad
que se avecina.

II

Qué haré durante el dia con los brazos,
con esta rebelión desprejuiciada
que mi lápiz inicia,
qué haré con el olor de la estampida,
con tanta libertad
para afiliarte
a mi tensión oscura.

Con tantos desprolijos argumentos,
con tu candor al pie de mi pereza.

Frente a un viejo farol me estoy mintiendo,
soy un tango de ardor,
tristeza ,
intolerancia

III

Ya dos horas sin vos,
y el escenario
llamea de fantasmas inmaduros.
Tiñe el silencio infiel
una guitarra,
y es un bastión de rosas la cortina.

Cerca de mí,
un dulce que tu boca abandonara,
una astilla feroz en la penumbra,
un dardo que mitiga y desconcierta .

Algo de vos perdura en la llanura
de esta ilusión confusamente tibia.


Andrés Eduardo Pierucci, La mujer dormida



Se me llenan los ojos de preguntas, y los dedos de vacío. Se me acercan, por la espalda, los silencios, se acumulan en mi cama los deseos. Se duermen entre mis brazos las caricias, se despliegan en mi sueño las verdades. Se queman, en una hoguera de vivas llamas, los miedos; se ahogan, en un mar de futuro, las dudas; se inunda, en un naufragio interno, contínuo, caliente, violento... mi cuerpo, cuando sé que me llamas, cuando sé que me esperas.

Buenas noches...





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nota de gaya ciencia: Mi peor que lamentable ignorancia en poesía se viene parcheando, querida Exilio, gracias a su extraordinario blog. Desconocía a este Pierucci, que parece construir una poesía sólida y sin pretensiones. No sé por qué, estos poemas parecen letras de canciones, de tangos a media voz (porque supongo a Pierucci argentino, ¿no?).

Nota profana: Las tetas de la modelo de hoy son verdaderamente de ovación y vuelta al ruedo y el onanismo desesperado que sugieren las manos refugiadas en el sexo -probablemente armadas de un dildo de respetable tamaño- "me ponen" de lo lindo.

Vamos, que la felicito por la erección.

Por la elección, quise decir.

Unknown dijo...

Cuando la luz se apaga caen
mis brazos como papel
de seda en aguas del océano
más negro.

El viento las cenizas me trae
del mundo que ayer
hice arder
vienen a recordarme el precio.

Como un perro acosado
un loco fugitivo
que lleva al enemigo
en su interior.

Voy buscando un arroyo que apague
la marea de fuego
pero el ruido del mar me retiene
en un rincón de esta playa.

Cuatro pedazos de fotografía
cuyos nombres me hablan aún
palabras lanzadas a un blanco
que corre desnudo.

Como un perro acosado
un loco fugitivo
que lleva al enemigo
en su interior.

Voy buscando un arroyo que apague
la marea de fuego
pero el ruido del mar me retiene
en un rincón de esta playa.


Siempre me he preguntado, cual es la clave para dejar de correr, para dejar de temer, para dejar de hervir por dentro.

Besos reina.