Cuando mis fuertes brazos te reciban,
las voces de la ausencia,
dulcemente contarán nuestros ocios
—dos caminos sin nadie, con los dos—
el nunca y siempre.
Y la pareja de palabras
lía a profunda unidad.
Y tanta cifra se reduce
a la orilla del encuentro
con azoro de ser la poesía.
Ya no sé caminar sino hacia ti.
La rosa de caminos de tu ausencia
alerta en mí el aroma del retorno
y la palabra oculta de su ciencia.
Oigo mi nombre en ti,
soy tu presencia
Carlos Pellicer, Recinto - XIV
(de "Recinto y otras imágenes ")
Discúlpenme las ausencias, los silencios, las huidas cada vez más frecuentes, los cambios y variaciones de un humor cada vez más inquieto, las escapadas sin aviso ni fecha de retorno, los caóticos intentos de no perderme y las constantes recaídas en los senderos que me pierden. Disculpen la tristeza y la melancolía; disculpen la tardanza y la demora.
Y disculpen, sobre todo, mi incapacidad de ser fiel a mí misma.
Prometo un regreso.
Lo que no puedo asegurar es cuándo ocurrirá.
Buenas noches.
Banda sonora para un día especialmente como este...
lunes, 25 de febrero de 2008
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3 comentarios:
Parece que nos cruzamos. Quería preguntar justo lo que ya ha contestado.
Lo único que puedo decir es que esperaré su retorno.
Que ocurra cuando tú lo desees, cuando te haga feliz, cuando te proporcione alegría.
No te ates, Princesa, ni siquiera a ti misma.
Besos.
No importa que se vaya de vez en cuando; aquí siempre acabamos por regresar en buscar de nuestra ruta.
Gracias por estar ahí y orientarnos.
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