lunes, 23 de abril de 2007


1

Desnuda, blanca, de nieve,
de pan cálido, de mar, te quiero,
mujer mía, en el costado
simiente de la noche.

Ave, estela lunar,
como de dios, como de ángel.
Dánae de oro,
mujer de arcilla tierna,
(Limpia, blanca, crepuscular...)
carne, saliva y sombra.

2

Mujer, desnuda, blanca mía,
reguero lunar de oros
y de insomnios.
(De algas, de espadas que se incendian.)

Hembra nocturna, mujer hambrienta
de raíces,
de los tigres más dulces.
(Piernas, voces, comarcas...)

Densos senos
de materia translúcida,
mujer de días y de abismos,
donde pudiera invocar el secreto,
el solo nombre
con que incendias el mundo.

3

Real mujer que oculta la soñada,
en su vaivén de tierra y luz,
de vegetal y fuego, mujer
de otra mujer más honda.

Mía mujer, en el reverso
vacío de las horas.

Con los párpados heridos por la sombra,
(las raíces, los musgos, los lagartos...)


Miguel Florian, Mujer mía


No hallarás duda alguna en mi piel ni en mi mente, ambas están sometidas a la pulsión ininterrumpida de un deseo que no descansa, ni duerme, ni se aplaca. No me retienen muros, ni rejas, ni cadenas, soy arrastrada hacia la libertad de pertenecer al cuerpo que me reclama. No existe distancia ni tiempo ni ausencia ni remordimiento, sólo la constante voz interna que me dice dónde estás, dónde encontrarte, dónde me esperas. No reacciono al reproche, ni a la amenaza, ni al miedo, sólo respondo a la llamada de tu abismo, al vértigo de tu oscuridad, al dolor punzante de saberte mío y no tenerte...

Buenas noches.



(me imagino que Pedritus me echará a los perros por el último verso. Bueno, ainsi soit il... Ya se lo cobrará de alguna forma retorcida y, espero, lujuriosa)






9 comentarios:

Anónimo dijo...

Una a una desmonté las piezas de tu alma.
Vi cómo era por dentro:
sus suaves coyunturas,
la resistencia esbelta de sus trazos.
Te aprendí palmo a palmo.
Pero perdí el secreto
de componerte.
Sé de tu alma menos que tú misma,
y el juguete difícil
es ya insoluble enigma.

Gerardo Diego

Un pequeño presente para nuestra anfitriona en este lugar hospitalario.

Felices sueños.

Joselita del Sur - Exilio Voluntario dijo...

Hay regalos impagables. Y presencias siempre deseadas.

Y usted, une ambas cosas.

Gracias, Raf.

Sofía dijo...

Sé que no son horas, pero son las que tengo. No me quiero dormir sin visitarte. Necesito descansar en ti, antes, un momento.


Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.
Trémula mano roja que hasta su vida se alza.
Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.
Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas [...]

[...]Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.
¿Cómo poder amarte si he de amarte por eso?.
Si ésa es la amarra ¿cómo poder cortarla, cómo?.
¿Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos?.
Sed de ti, sed de ti, guirnalda atroz y dulce.
Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.
Los ojos tienen sed, ¿para qué están tus ojos?.

La boca tiene sed, ¿para qué están tus besos?.
El alma está incendiada de estas brasas que te aman.
El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.
De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.
Y en ella se aniquila como el agua en el fuego.


Sed de ti... Pablo Neruda.

D.K. dijo...

Ponte el moño apretao, Sirena,
que se joda el viento,
rompe las horquillas de espuma.
Y déjame que te remache
sonrisas de hierro
de ésas que disipan las brumas.

Y sé que entre los males
nos lloverán cristales,
yo iré descalzo y tú desnuda,
al son del amor
del ronco tambor
que toque la luna.

Vamos a trepar a la copa
de este sol de enero,
y a hacer un nido en su ramaje.
Y allí reírnos viendo
como a cada minutero
se lo devora el oleaje.

Que cuando entre mis brazos
resuenen cañonazos
yo iré perdido entre tus dunas,
dejándolo todo,
quemando los tronos
donde reinen dudas.

Y báñate en mis ojos, que se joda el mar
que quiera mecerte a su antojo.
Si no somos nadie a nadie va a encontrar.
Y si a las heridas quiere echarle sal
sólo va a encontrarse cerrojos
y las cicatrices de la soledad.

Coge resina para untarnos
poco a poco el cuerpo,
por si vuelve la ventolera.
Y mientras tanto, entre los huecos
que nos deje el tiempo,
deja volar tu cabellera.

Que si a nuestra locura
vuelven nubes oscuras
nos cogerán frente con frente
y codo con codo,
cada vez más solos,
rodeados de gente.

Y báñate en mis ojos, que se joda el mar
que quiera mecerte a su antojo.
Si no somos nadie a nadie va a encontrar.
Y si a las heridas quiere echarle sal
sólo va a encontrarse cerrojos
y las cicatrices de la soledad.

QUE SE JODA EL VIENTO. MAREA.


Buenas noches, Exilio. Un beso.

Blues dijo...

SUEÑO.

Imagen alta y tierna del consuelo,
aurora de mis mares de tristeza,
lis de paz con olores de pureza,
¡premio divino de mi largo duelo!

Igual que el tallo de la flor del cielo,
tu alteza se perdía en tu belleza...
Cuando hacia mí volviste la cabeza,
creí que me elevaban desde el cielo.

Ahora en el alba de tus brazos,
acogido a tu pecho transparente,
¡cuán claras a mí tornan mis prisiones!

¡Cómo mi corazón hecho pedazos
agradece el dolor, al beso ardiente
con que tú, sonriendo, lo compones!

Juan Ramón Jiménez.

Es martes, Exilio.
Ya es martes.
Y ese reloj, que es el mundo, continúa imperturbable desgranando los minutos.
Feliz martes, después de todo.

Anónimo dijo...

Mia mujer,
en el reverso de las horas.

¿Quien en la noche del alma, en el amanecer tenebroso, no ha dicho en voz alta, o deseado decir en voz baja esas palabras?

¿Quien no desearia ver el reverso de las horas?

Buienos dias que no buenas noches.

Anónimo dijo...

Esto será un mapa pero yo sigo perdiéndome. Y me pierdo porque inconstante, olvidadizo, a salto mata, nunca me acuerdo donde dejé el huevo y si me contestaron. Por ejemplo aquello del origen de las fotos de Maria Exilio. O sea, que me tendré que limitar a desearles buenas noches y a rezar con sus mercedes el Jesusito de mi vida....
Yo, además de un mapa, necesito una brújula. Brújula, aunque no lo entiendan, no viene de bruja.

Vlad dijo...

hola?

hay alguien?

Nada, que no hay manera que yo me aclare en el sitio éste.

Joselita del Sur - Exilio Voluntario dijo...

Vlad... ha llegado y está donde debe.

Simplemente, en este blog sólo hay un Capitán. Capitana, mejor dicho. Y dicha elementa, soy yo.

A los participantes (al contrario que en otros, muy democráticos y pronto, estoy segura, muy caóticos lugares) sólo se les permite el halago, los regalos y las palabras amables con la Jefa...

Bueno, excepto a Pedritus, que, pobre criatura, tiene intolerancia a la glucosa.

Bienvenido