Dile cosas bonitas a tu novia:
«Tienes un cuerpo
de reloj de arena
y un alma de película de Hawks.»
Díselo muy bajito,
con tus labios pegados a su oreja,
sin que nadie
pueda escuchar lo que le estás diciendo
(a saber, que sus piernas son cohetes
dirigidos al centro de la tierra,
o que sus senos son la madriguera
de un cangrejo de mar,
o que su espalda es plata viva) .
Y cuando se lo crea
y comience a licuarse entre tus brazos,
no dudes ni un segundo:
bébetela.
Luis Alberto de Cuenca, Bébetela
(de "El bosque y otros poemas")
No puedo hoy escribir un mapa sin quedar emocionalmente expuesta, totalmente desnuda de defensas, sentimentalmente indefensa ante mis propios deseos y miedos, absolutamente vulnerable al dolor de ser descubierta, descifrada, comprendida, desvelada...
No puedo hoy escribir un mapa sin que se me escapen los sueños que he guardado, los sueños que he alimentado, los sueños que han invadido mi vida y la han llenado de insomnios dulces y esperas inclementes y del apetito insatisfecho de tus labios bebiéndome.
No puedo, no, escribir hoy un mapa sin que el mundo adivine mi desesperada voluntad de hacerte mío, mi desesperada necesidad de ser tuya...
Buenas noches.
Banda sonora de martes... no esperen una música feliz:
martes, 11 de diciembre de 2007
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4 comentarios:
Paul Simon es una elección perfectamente razonable para cualquier día de la semana.
Corazones y huesos... curioso título y muy acertado. Somos corazones mientras vivimos y sólo huesos cuando... bueno, cuando dejamos de vivir.
Vivamos muchos años, bebámonos la vida a grandes sorbos, no perdamos nuestra ruta en el mapa.
Buenas noches.
Las buenas intenciones, como siempre, son basura.
Sin embargo intento dejarte ahora un sabor (si no de niña que recibe su primer beso, quizás no torpe porque los intervinientes andan muy metidos en su papel) lo más agradable y menos torpe posible, siendo el primero de esta categoría. Para que resultara, otro quizás, deberíamos hacernos críos y conocernos detrás de unas rocas en busca de cangrejos.
Sinceramente, no sé cómo se bebe la vida a grandes sorbos sin atragantarme primero y vomitar después.
Al fin, lo que pretendo es que por un momento me mires y me fijes un instante en algún sitio concreto, porque ando paranoico y mareado de tanto rebote.
Un beso cruel, niña.
Contestarle, RAF, una semana después de mi (por otra parte, típico) estallido y mi (por otra parte, recurrente) estampida, me resulta raro y difícil.
Yo, que soy, supuestamente, creadora de mapas, no paro de perderme en mis propios pasillos. Y es que estos mapas sólo sirven para no ir a ninguna parte, o para emprender un contínuo, incesante viaje que comienza y termina, interminable bucle de palabras y sendas, en el mismo punto.
Gracias por seguir eligiendo perderse conmigo.
Hank, no sé si me pide un beso o si se ofrece como maestro de caza de cangrejos; si me está regañando con dulzura porque he dejado de halagarle (lo cual hice y seguiré haciendo tan sincera como merecidamente)o me reprocha que le haya considerado siempre un espíritu libre y atormentado al que le resultaban tan innecesarias como entretenidas mis frivolidades.
Creo que nunca he sido indiferente, ni he dejado de expresarle una admiración casi infantil, ni le he negado el alimento de una carcajada cuando los rebotes le han traído a mi lado.
No sé dar besos crueles. Reciba uno de los que sí sé dar: alegre, amable, abierto a la aventura, amigo de la seducción.
(si, como me temo, le he malinterpretado, le ruego, por favor, que no tome en cuenta mis desvaríos. Tengo la excusa perfecta: es martes...)
Sin duda, ahora te pido un beso, uno de los tuyos. El otro día, lo que pretendía era el asunto de los cangrejos, sí.
Disfruta hasta las entrañas los próximos días no laborables.
Un abrazo colosal.
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