Hilo de trigo y agua,
de cristal o de fuego,
la palabra y la noche,
el trabajo y la ira,
la sombra y la ternura,
todo lo has ido poco a poco cosiendo
a mis bolsillos rotos,
y no sólo en la zona trepidante
en que amor y martirio son gemelos
como dos campanas de incendio,
me esperaste, amor mío,
sino en las más pequeñas
obligaciones dulces.
El aceite dorado de Italia hizo tu nimbo,
santa de la cocina y la costura,
y tu coquetería pequeñuela,
que tanto se tardaba en el espejo,
con tus manos que tienen
pétalos que el jazmín envidiaría
lavó los utensilios y mi ropa,
desinfectó las llagas.
Amor mío, a mi vida
llegaste preparada
como amapola y como guerrillera:
de seda el esplendor que yo recorro
con el hambre y la sed
que sólo para ti traje a este mundo,
y detrás de la seda
la muchacha de hierro
que luchará a mi lado.
Amor, amor, aquí nos encontramos.
Seda y metal, acércate a mi boca.
Pablo Neruda, V
(de "Los versos del capitán - Oda y Germinaciones")
Cogerás mi mano y sin movernos, me harás viajar a otra playa, a otra orilla, me harás ver otros paisajes, pisar otras fronteras. Cogerás mi mano y al tocarme, pondrás un mundo nuevo entre mis dedos, se impregnará en mi piel el olor desconocido de otra tierra y descubriré en mi boca en sabor secreto de otros labios. Cogerás mi mano y al atraerme a tu lado, se iluminarán de repente todos los oscuros rincones que me asustan, se harán reales cada uno de los sueños que alguna vez descartamos, me mirarán cara a cara, insolentes, sin pudor, los ojos limpios de tu deseo. Cogerás mi mano un día, y sólo sabré dejarme llevar; cogerás mi mano, me dirás, "ven" y sólo podré seguirte.
Buenas noches.
Banda sonora para los que quieren ir, desean venir, necesitan llegar... y no soportan esperar...
jueves, 22 de noviembre de 2007
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