El mapa de hoy está justo debajo de esta entrada...
Cuando abrí este blog (palabra odiosa pero ya difícilmente prescincible), lo hice más por terapia anti-rabieta, desahogo y exorcismo que como forma de comunicación o aspiración pseudoliteraria.
Me refugié en esta isla verde y vírgen con la única intención de que me encontraran y leyeran aquellos que, incomprensiblemente, apreciaban mis neuras en forma de collage, mis elecciones poéticas y, sobre todo, (no me han engañado nunca, pandilla de rijosos), las fotos nada recatadas que suelen acompañar a ambas.
No soy artista, ni épica, ni lírica; no tengo ambición ni talento literarios; soy lo suficientemente egocéntrica para disfrutar a solas y escribir para mí, sin esperar respuestas, y lo bastante realista para darme cuenta de que no soy más que una más en un infinito universo de palabras, por lo que siempre me sorprende, me emociona y me halaga comprobar cuántas personas de tantos paises se asoman, a veces casualmente, a veces como un rito habitual, a veces con fascinante y diaria puntualidad, a leerme.
No contesto a los comentarios más que en ocasiones marcadas por un inexplicable impulso y mi cambiante humor. Y sé que eso desanima a quien comenta. Pero les digo, navegantes y náufragos, que no soy ciega, ni desagradecida, ni soberbia, sólo soy perezosa y algo descuidada...
Les ruego no me lo tomen en cuenta, ya que para mí es un orgullo y un estímulo ver un nuevo punto o un punto reincidente en el mapa de visitantes desde el cual controlo mi isla y quien llega a ella.
Sería maravilloso, rayando con lo orgásmico, si todo aquel que entrara, incluido el misterioso coreano que entró en septiembre, se decidiera a dejar, aquí mismo, en esta entrada, una huella de su paso. Un saludo breve, un "soy Dayanira, de Caracas" o "soy Pedro, de Ciudad real" o "soy Gunilla, de Estocolmo".
Gracias a todos, los amigos infalibles, los conocidos de otros mundos, los enlazados casuales que han decidido no olvidar dónde estoy, los que se equivocaron de tecla buscando referencias al exilio cubano, los que me dicen y los que callan.
Gracias Didier, Gato, Raf, Hank, Querelle, Pedritus, Dead Kennedys, Rapatundas, Brother, Sofía, mi tarugo Sr. de Mairena, Francisco, Hook, Sabana, Santiago...
Gracias Pigmalión y Rocío.
Algunos de los momentos más placenteros de mi día a día, son causados por este exhibicionista escaparate de emociones que llamamos blog.
Buenas noches y perdonen el marmotreto.
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23 comentarios:
Gracias a ti. Es bonito pasarse por aquí y ver qué nos tienes preparado. Me haces pensar, me activas la mente a la vez que la relajas y disfruto.
A mí, concretamente, no me molesta en absoluto que no respondas. Tu respuesta es la constancia de la sorpresa cada día.
Besos.
Parece una despedida... Exilio, ¡auxilio!, ¡no nos dejes de nuestra mano náufraga en esta noche sin estrellas!
Bah, sé que no nos abandonarás, no es tu estilo.
De nada reina.....paso poco por aqui, pero siempre que lo hago hay algo que me guste, uan musica, una foto un text, un comentario. Es un placer.
No sera una despedida no?....
Besos desde mi orilla.
Venga, bueno, vale...
Yo si te leo, y me cisco en las fotos en blanco y negro –salvo excepciones- y disfruto con las de colorines, que faltan en mi horizonte.
Y sobre los blancos/negros o los colorines, te considero mi amiga.
Así que, como amiga, sabrá disculpar su merced esta apatía mía tan acusada a encadenar una palabras a otras y dejarlas sobre un papel.
Besos (lascivos, claro).
"una más en un infinito universo de palabras"
De eso nada.
Ud. es Exilio, y es inimitable.
No nos puede dejar sin nuestra ración de mapa, así que no tarde demasiado en volver.
Please.
Hola, Exilio. Yo también paso por aquí. Un saludo desde Bruselas.
Aline
Hola, Exilio, soy el coreano misterioso :p. Es que salí de parranda y me perdí.
Oye, ni se te ocurra escaquearte que ya sabes lo que te espera y cómo me siento yo.
Muchos besos.
Triste,
Como el perro en la autopista;
Como una tortuga con prisa;
como una monja en un burdel.
Solo,
Como cuando tu te fuiste:
Como cuando no te rozan
Unos labios de mujer.
Hoy me he vuelto a ver...
Absurdo,
Como un domingo por la tarde;
Como las balas por el aire;
Como el puto despertador.
Inútil,
Como los besos que no diste;
Como un cuerpo que se viste
Cuando me desnudo yo.
Y ahora que voy mas solo que la luna
Negociando gasolina para este amanecer.
Ya ves, voy buscando en la basura
Unos labios que me digan: "esta noche quédate".
Como un borracho en el desierto;
Como una princesa en el metro;
Como un reo sin voz.
Como una navidad sin techo;
Como un delfín en el mar muerto;
Como la lagrima que moja tu colchón.
Vacío,
Como el corazón del rico;
Como el bolsillo del mendigo;
Como los besos de alquiler.
Confuso,
Como una noche sin abrigo;
Como las frases que ya no te escribo
Pa´ que vuelvas otra vez.
NEGOCIANDO GASOLINA. LA FUGA.
Solo tengo tiempo de dejarte un beso y un "gracias, cariño".
Porque tus luces en blanco y negro siguen siendo mi Mapa para no perderme del todo en este maremágnum y saber que estás ahí, cerquita, me consuela.
¡Mecagüen to lo que se menea!
Para gritar sin dar voces, por eso cree ayer mi blog.
Una nueva exiliada te deja un saludo
Solo de paso, a dejar unos besicos en el buzón.
Te sigo queriendo mucho
Más besicos de arropar, dulzura.
Otro puñaíco más de besicos con sol, y con sal.
Cuídate mucho, Princesa.
Besos de domingo, principessa.
Besicos de arropar.
Surtido de cariños de luna llena.
Rápidos besicos rápidos de después de fregar y antes de salir corriendo.
Rápidos besicos rápidos de novilunio a la vuelta de la esquina.
Morosos besicos de martes.
Besicos sin gas, deshilvanados y agotados...
Buenas noches Exilio.
Que sus hados la acompañen y su rosa no se marchite.
Tengo un hilo dorado atado al índice. Un dorado hilo de seda para tejer un reencuentro.
Besos de oasis,
Besicos de amanecer, entre tercera colada y segunda planchada.
Que dura es la vida de la cupletista!
Es una delicia pasear por el bosque y encontrar adas exiliadas que transmiten sensibilidad y ternura atesoradas y protegidas de los efectos secundarios de la vida cotidiana.
Besos
Soy nicolas, de cordoba, argentina, curioso del misterioso coreano.
Perdonado el mamotreto.
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